“La mayoría de la gente piensa que la mecánica está sólo relacionada con los vehículos, pero eso no es así, es correcto que es una de las posibles salidas pero hay muchísimas más: diseño, energías, materiales, ingeniería de proyectos, mantenimiento, calidad… En mi caso fueron los materiales compuestos”.
Con esta ilusión cuenta Isabel Maeso García su carrera profesional, que llevó a cabo por su interés en la ingeniería pese a la falta de referentes.
Juegos y el apoyo familiar
“La verdad es que siempre me han encantado las asignaturas de ciencias. Y la idea de poder aplicarlas en un entorno industrial me parece increíble. Me decanté por la ingeniería mecánica por la gran variedad de posibilidades que ofrece”, explica Maeso García, que recuerda que al tener un hermano mayor, pudo aprender con juguetes de todo tipo. “Pero para mí, sin duda, mis juegos favoritos eran cuando jugaba en la calle con más niños”, comenta.
Una vez que tomó la decisión de encaminar sus pasos hacia los estudios de ingeniería, solo tuvo apoyos. “En casa siempre he tenido muchísima suerte porque mis padres y mi hermano siempre me han apoyado en cualquier decisión. Es muy importante recibir el apoyo de las personas más cercanas”, enfatiza.
Una profesora, el impulso hacia los números
Pese a no tener ningún referente en los libros de texto, sí que recuerda a la profesora de matemáticas. “Ella me enseñó a entender los números y me motivaba a seguir por ese camino”, recuerda. Gracias a ese impulso y al no tener, en apariencia, barreras por el género, Isabel Maeso García llegó a ser ingeniera mecánica, a ejercer la profesión y a seguir estudiando un máster en Ingeniería Avanzada de Fabricación en la UNED.
“Por lo general no he vivido casi ningún gesto machista a lo largo de mis estudios ni durante mi trayectoria profesional, con la excepción de un profesor de la carrera que en algunas ocasiones dejaba caer comentarios dónde simplemente por el hecho de ser mujeres pensaba que éramos menos aptas para ciertas asignaturas que los hombres. Por lo demás, siempre me he rodeado de un ambiente muy bueno que me ha animado en todo momento”.
Pocas chicas en la carrera
La ingeniera sí que destaca las pocas chicas que había en la carrera universitaria. “En el primer año de carrera estábamos unas diez chicas frente a unos 100 chicos y, ni siquiera, las diez éramos de mecánica”, recuerda a la vez que advierte de que al final de los estudios solo quedaban dos o tres mujeres.
“Es increíble las pocas chicas que deciden estudiar estas carreras. Pero claro, es muy difícil decantarte por algo de lo que no tienes referentes”.
Preguntada cómo veía su vida laboral, Isabel Maeso reconoce que nada claro. “Siendo sincera no tenía ni idea de dónde podía terminar trabajando”, comenta y continúa: “En mis primeras prácticas estuve en una empresa desarrollando un equipo de diagnosis de vehículos industriales, después pasé por Airbus donde empecé a trabajar con los materiales compuestos y aprendí como se fabrican los aviones y finalmente acabé en Gurit, mi empresa actual, trabajando de ingeniera de calidad investigando para mejorar la fabricación de materiales compuestos”.
Más mujeres en las profesiones STEAM
Por su propia experiencia, la ingeniería de Gurit se siente positiva. “Laboralmente hablando nunca me he sentido ni me han hecho sentir inferior a mis compañeros. Creo que se ha avanzado mucho en este sentido, cada vez se van viendo más mujeres con carreras STEM ocupando grandes puestos de trabajos”, y ve en proyectos como el de #MujereSteam un impulso a que mejore aún más la igualdad.
Nos cuenta, además, cómo es su día a día.
“Actualmente, trabajo como Ingeniera de Calidad en una empresa de materiales compuestos. Por lo tanto, mi principal trabajo es velar por la calidad de nuestros productos. Mi parte favorita del trabajo es la investigación, paso muchas horas en el laboratorio, testeando nuestros materiales para conocer su comportamiento ante distintas casuísticas. También tengo otras funciones como la mejora de procesos, tareas de documentación, etc.»
Referentes, práctica y orientación
¿Qué se puede hacer para derribar por fin todas las barreras de las mujeres en las carreras STEAM?
“Considero que es muy importante empezar por la inclusión de más referentes femeninos en los libros para conocer todo lo que las mujeres hemos sido y somos capaces de hacer. También pienso que las asignaturas de ciencias necesitan tener mucha más parte práctica que teórica, pero desde el momento en el que se empiezan a estudiar, poner en práctica los conocimientos teóricos te ayudan a aprender con muchísima más facilidad y a imaginarte las aplicaciones de la ciencia”.
Tener en mente historias y profesiones como la de esta ingeniera, también empuja a la igualdad. “Antes de empezar a estudiar mi carrera me gustaba conocer a las mujeres que habían estudiado ingeniería o que la estaban estudiando para que me contaran su historia y sus vivencias”, finaliza.
#MujereSteam es un proyecto promovido por Fundación Concilia2 con la financiación del Instituto de la Mujer de Castilla- La Mancha en el marco de las ayudas para la reducción de brechas de género en el ámbito laboral para el 2021. El objetivo es promover la incorporación de mujeres en los estudios y sectores de ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas (STEAM).