La ingeniera experta en energía solar cree que pese a que la igualdad laboral está muy presente en su sector, debería haber más referentes para animar a las niñas a estudiar carreras STEAM. Hablamos con ella sobre un sector puntero en el que ella fue de las pioneras en la tecnología y en ser directora de I+D.
“Mi mayor referente femenino fue mi madre que siempre nos animó a mí y a mis hermanas a estudiar y hacer lo que quisiéramos”
“Yo soy almeriense y pasé toda mi infancia en Almería, en un barrio trabajador. Mi padre era policía y mi madre ama de casa. Mi mayor referente intelectual, fue mi abuelo, que era maestro de escuela. Sin embargo, mi mayor referente femenino fue mi madre, que era una mujer fuerte y muy inteligente, que siempre nos animó a mí y a mis hermanas (somos tres hermanas) a estudiar y hacer lo que quisiéramos”. Así se presenta Francisca Rubio Berenguel, quien estudió el primer ciclo de Ciencias Físicas, el segundo de Ingeniería Electrónica y actualmente es la directora de Innovación y Desarrollo en la empresa de Ciudad Real Electrozemper.
Recuerda para el proyecto #MujereSteam que de pequeña no le gustaban ni las muñecas ni otros juguetes considerados solo ‘para niñas’. “Los juguetes favoritos -comenta- de mis hermanas y yo eran los juegos de mesa. Mis padres siempre nos regalaban juegos de mesa para Reyes, que compartíamos las tres. Eso nos mantenía activas intelectualmente y también nos enseñó a compartir”. No es fácil imaginar que pronto se interesó en saber cómo funcionan las cosas y eso le llevó al camino de la ciencia.
I+D, más creatividad y menos batas blancas
En concreto la ingeniería y más tarde la especialización de investigación en energía solar. “Dudé entre estudiar Medicina, Telecomunicaciones o Física. Finalmente me decidí por la Física porque explicaba el principio fundamental de todas las cosas. Al final también realicé el ciclo superior de Ingeniería electrónica, de lo que trabajo actualmente, porque me parecía que se podía aplicar a la práctica de forma más inmediata”, relata.
Decisiones que tomó sin tener claro cómo sería su futuro si seguía ese camino, debido a la falta de referentes. “No tenía ni idea de lo que podía ser un trabajo de química, física y mucho menos de ingeniería. Cuando era adolescente me imaginaba en un laboratorio, con la bata blanca y un tubo con espuma blanca en mis manos”, explica. La realidad es diferente: “Yo he tenido la suerte de trabajar en I+D desarrollando un producto nuevo. Es un trabajo muy creativo, siempre en equipo y con la mente abierta para tener nuevas ideas”.

Marie Curie, el único referente (incluso hoy)
“Cuando estudié Física, nuestro ídolo era Madame Curie. Era sin duda la mayor referente científica para todas las chicas estudiantes de la carrera. Desafortunadamente, lo sigue siendo, porque no ha aparecido ninguna mujer de referencia de la importancia y la fama de Madame Curie”, reflexiona, mientras puntualiza que ella jamás ha considerado “que ninguna parte de mi trabajo fuese diferente, por el simple hecho de ser mujer”.
Pese a que en la Universidad de Granada donde estudió Físicas y después Ingeniería Electrónica se mantuvo la proporción entre estudiantes (20% mujeres, 80% hombres), no ocurrió así en su estancia Erasmus en Alemania. “Me dijeron que en los estudios de Elektrotechnik en Dortmund había solamente un 3% de mujeres, pero en la práctica… estaba yo sola. En Alemania, el porcentaje de mujeres que estudian carreras técnicas es increíblemente bajo”.
Pionera en su campo
Esta estancia le generó a Francisca una ventaja, ya que Alemania era un referente en energía solar. Así, con solo tres semanas de prácticas, fue contratada en una empresa como ingeniera y pronto viajó a la sede en París de esta empresa para aprender más. “Cuando regresé a los dos años, me nombraron responsable de poner en marcha el nuevo departamento de Electrónica, que pronto llegó a tener 20 personas”, asegura.
Preguntada por la diferencia entre géneros en los ambientes de trabajo en un país o en otro, Francisca Rubio responde que en España no, pero en Alemania sí. “En Alemania fue totalmente diferente… Allí no hay tantas mujeres ingenieras y menos en puestos de dirección. En mi primera empresa, yo era muy conocida y llegué con bastante prestigio, así que me respetaban mucho. Pero en mi segunda empresa alemana… el resto de trabajadores no me trataban igual. Dudaban de mis conocimientos técnicos y no me tenían en cuenta para nada. Fue una etapa muy dura, porque esa falta de reconocimiento fue muy difícil para mí, ya que siempre lo había tenido. Finalmente terminé dejando esa empresa”.
¿Carrera o conciliación?
Pese a que se siente respetada en los trabajos que ha ejercido y como jefa de departamento, la ingeniera duda de si al haber tenido hijos su carrera se hubiera resentido. “Mi situación personal ha hecho que yo haya podido crecer más en mi carrera, ya que podía viajar fuera de horario y trabajar más horas si era necesario. Algunas de mis compañeras que tienen hijos, no tenían esa disponibilidad”.
Pese a que ella nunca ha sentido que tuviera que demostrar más en el ámbito público o en el privado sí cree que “ese techo de cristal existe, pero sobre todo porque las mujeres son menos ambiciosas profesionalmente, sobre todo si tienen familia e hijos, ya que culturalmente son las que tienen que hacerse cargo de ellos y tienen menos tiempo para el trabajo”.
¿Qué hacemos para llegar a la igualdad en las carreras STEAM?
“Creo que es muy necesario que las niñas tengan más referentes femeninos en las carreras técnicas”, comenta Francisca Rubio, que cree que “aunque en España estamos muy avanzados en este tema, todavía son muchas menos las niñas que eligen carreras tecnológicas y creo que son necesarias”.
“Yo también formo parte de un grupo que se llama ‘mujeres solares’, donde intentamos dar formación a niñas sobre energía solar y ser referentes de ellas, para que, en un futuro, trabajen en este sector”, explica, a la vez que recuerda todas las charlas de instituto en las que ha participado para que cada vez haya más mujeres STEAM.
#MujereSteam es un proyecto promovido por Fundación Concilia2 con la financiación del Instituto de la Mujer de Castilla- La Mancha en el marco de las ayudas para la reducción de brechas de género en el ámbito laboral para el 2021. El objeto es promover la incorporación de mujeres en los estudios y sectores de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEAM).
Ana Maria
Has tenido la gran suerte, que tu familia te ha apoyado sin mirar el género, pero
creo que hoy por hoy se ha avanzado mucho y cada vez, hay más igualdad. Gracias a todas vosotras, que habláis y os dais a conocer.