Aunque al principio le llamó la atención medicina, la ahora profesora y doctora en ingeniería Industrial Estefanía Artigao Andicoberry encontró su vocación en la carrera.
“Yo no conocía a ningún ingeniero o ingeniera, nadie de mi entorno que ejerciera esta profesión. Elegí Ingeniería Industrial solo porque me gustaban los números y lo veía como una carrera ‘difícil’ y con cierto prestigio, así que fue mi reto personal y lo tuve claro, sí”.
Referente, en la familia y en los valores
“Mis referentes han sido mis padres siempre, quizá más mi padre”, explica la ingeniera, que en un principio quiso seguir los pasos de su padre estudiando medicina. “Él siempre me decía que yo era ‘más lista’ y que si estudiaba otra carrera podría llegar más lejos y bueno, muchas cosas más relacionadas con su experiencia como médico, así que en bachiller me decanté por la línea técnica”.
Sus padres, continúa, le inculcaron “los valores del esfuerzo y la superación, alcanzar logros”. “Ya de adolescente, también me fijé mucho en mi tía Llanos, la veía (y la sigo viendo) como una mujer muy fuerte capaz de lograr cualquier meta que se propusiera”.
El objetivo, mejorar la energía eólica
Al ser preguntada cómo se imaginaba su carrera profesional, Estefanía Artigao Andicoberry duda. “Sinceramente, no me lo imaginaba, es algo que no me paré a pensar. Lo único que valoré fue elegir una carrera con muchas salidas. Sí que creo que tuve mucha suerte de haber tenido la oportunidad de trabajar en el sector de la energía eólica que, a día de hoy, me apasiona”.
La ingeniera disfrutó de una beca con el nombre de una de las científicas más conocidas y de los pocos referentes femeninos que hay, Marie Curie.
“Yo no tenía referentes de mujeres científicas, no, pero tampoco hombres científicos. Con esto quiero decir que yo no tenía la carrera investigadora como un objetivo en mi vida, fue una oportunidad que se presentó y un camino que decidí tomar y en el que me encuentro muy realizada y satisfecha”.
Por desgracia reconoce que en la actualidad no ve más mujeres en la investigación en su campo de las que había cuando empezó, hace diez años.
Minoría de chicas en las aulas, pero con tesón
Además de la investigación, donde más se ve la desigualdad, es según se va ascendiendo en la carrera docente. La ingeniera reconoce que en la facultad de Albacete donde estudió ya había “pocas chicas, menos de diez con 100 alumnos en total”. “Luego me marché a Ciudad Real a continuar con la Ingeniería Industrial Superior del plan antiguo, que no estaba aquí en Albacete, y allí la proporción era cerca del 50%, lo cual me sorprendió”, relata.
“Todas mis compañeras con las que mantengo contacto, o que son amigas de amigas, están ejerciendo como ingenieras, todas, al igual que los chicos de los que sé”, comenta.
Preguntada si cree que en otros países la igualdad en el sector está más avanzada, no lo considera así. “Creo que la principal diferencia entre haber comenzado mi carrera profesional en Reino Unido o aquí en España está más relacionado con la precariedad laboral que hay en nuestro país que con la discriminación por el sexo”, determina, explicando que incluso estaba embaraza cuando fue entrevistada para una de las becas que finalmente le concedieron.
De Reino Unido a Albacete
Esta sensación de igualdad y muchos más motivos la hicieron volver a trabajar a España y, en concreto a Albacete. “Me animó a formar parte de la UCLM mi entorno, mis compañeros. Yo entré aquí con una beca de tres años y, más o menos a mitad de ese tiempo, ya supe que quería continuar y enfocar mi carrera en el ámbito universitario. Como decía, es un placer trabajar con mis compañeros y estoy muy contenta trabajando en este sector”, explica.
Pese a que su carrera fue viento en popa, cree que es necesario que las niñas y jóvenes tengan más referentes.
“Más que nada porque la mayoría de jóvenes, tanto chicos como chicas, no saben en qué consiste el trabajo de una ingeniera, mientras que sí saben (o se pueden imaginar) qué hace una médica, una abogada, una maestra… Por lo que creo que es también un problema de desconocimiento. Y esto sí creo que afecta más a las chicas, que ven este tipo de carreras como algo aburrido, ¡pero no lo es!”.
#MujereSteam es un proyecto promovido por Fundación Concilia2 con la financiación del Instituto de la Mujer de Castilla- La Mancha en el marco de las ayudas para la reducción de brechas de género en el ámbito laboral para el 2021. El objetivo es promover la incorporación de mujeres en los estudios y sectores de ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas (STEAM).